La creciente conciencia sobre el cambio climático y la importancia de proteger el medio ambiente ha llevado a una mayor demanda de prácticas y materiales de construcción sostenibles. La rehabilitación y reforma de viviendas utilizando materiales ecológicos no sólo contribuye a reducir el impacto ambiental, sino que también puede mejorar la eficiencia energética y la salud de los ocupantes.

¿Sabes cuáles son los materiales más destacados para la rehabilitación ecológica de viviendas? ¿Sabes cómo estos avances pueden ayudarnos a construir un futuro más sostenible? Sigue leyendo y te lo explicamos. 

Aislamiento de alto rendimiento

El aislamiento adecuado es un pilar fundamental en la búsqueda de la eficiencia energética en la construcción. Los materiales aislantes ecológicos, como la celulosa reciclada, la lana de oveja y la fibra de cáñamo, han demostrado excelentes propiedades de aislamiento térmico y acústico. Su estructura fibrosa y su capacidad para retener el aire inmóvil los hacen altamente eficientes. Además, estos materiales son biodegradables, renovables y de bajo contenido energético en su fabricación, lo que los convierte en opciones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.

Maderas certificadas de manejo responsable

La madera sigue siendo un material de construcción ampliamente utilizado pero su extracción insostenible ha planteado serias preocupaciones ambientales. En la rehabilitación de viviendas, el uso de maderas certificadas garantiza que provengan de bosques gestionados de manera responsable. La implementación de prácticas de manejo forestal sostenible y la promoción de la reforestación ayudan a preservar los ecosistemas y a mitigar el impacto ambiental de la construcción.

Bloques de tierra comprimida

Los bloques de tierra comprimida son una opción de construcción ecológica que ha ganado popularidad debido a su bajo impacto ambiental. Estos bloques se fabrican mediante la compresión de tierra local y materiales estabilizantes naturales, como la cal o el cemento. Su proceso de producción consume menos energía en comparación con los ladrillos cocidos tradicionales, lo que resulta en una menor emisión de gases de efecto invernadero. Además, la abundancia de tierra como recurso natural y su capacidad para ser reutilizada y reciclada en el futuro hacen de esta alternativa una opción sostenible y económica.

Pinturas y recubrimientos de bajo COV

Las pinturas y recubrimientos utilizados en la rehabilitación de viviendas han sido históricamente fuentes significativas de compuestos orgánicos volátiles (COV), que son dañinos tanto para la salud humana como para el medio ambiente. Optar por pinturas de bajo contenido de COV o pinturas ecológicas que utilizan ingredientes naturales y biodegradables contribuye a reducir la contaminación del aire interior y exterior. Estos productos son formulados para cumplir con los estándares ambientales más estrictos y son seguros para la salud de los habitantes de la vivienda.

Integración de energía solar en tejados

La reforma de tejados puede ser una oportunidad para integrar sistemas de energía solar, como tejas solares, que combinan la función de protección contra los elementos con la generación de energía renovable. Estas tejas, diseñadas para armonizar con la estética del edificio, convierten la luz solar en electricidad limpia y sostenible. Al aprovechar esta fuente de energía renovable, se reduce la dependencia de combustibles fósiles y se contribuye a la mitigación del cambio climático.

Pavimentos sostenibles y reciclados

Los pavimentos sostenibles, como el bambú, el corcho y las baldosas recicladas, ofrecen una alternativa ecológica a los materiales convencionales. La utilización de estos materiales renovables y biodegradables en la rehabilitación de viviendas disminuye la presión sobre los recursos naturales y promueve prácticas de construcción más responsables. Además, algunos pavimentos reciclados, elaborados a partir de materiales recuperados, contribuyen a la gestión eficiente de residuos y a la economía circular.

Sistemas de recogida de agua pluvial

La incorporación de sistemas de recogida de agua pluvial en la rehabilitación de viviendas permite una gestión más sostenible del recurso hídrico. Estos sistemas recolectan y almacenan el agua de lluvia para su reutilización en diversas aplicaciones, como el riego o el lavado. La reducción del consumo de agua potable y la disminución del impacto en los recursos hídricos locales son beneficios clave de esta práctica sostenible.

La rehabilitación y reforma de viviendas con materiales ecológicos es un camino fundamental para construir un futuro más sostenible. Estos materiales no sólo reducen el impacto ambiental, sino que también mejoran la calidad de vida de los habitantes al ofrecer un ambiente más saludable y confortable. Al optar por materiales sostenibles contribuimos a la protección del medio ambiente y fomentamos una industria de la construcción más responsable. Es hora de que todos asumamos un papel activo en la promoción de prácticas de construcción ecológicas para un futuro más verde y próspero.

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A la hora de reformar nuestro hogar es muy importante escoger los profesionales más adecuados para llevarla a cabo y para asesorarte sobre los mejores materiales a utilizar.

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Como ya es conocido y aceptado la rehabilitación de edificios tiene múltiples ventajas para el edificio y sus usuarios: revalorización de las viviendas, disminución de los costes de mantenimiento, mejora del confort térmico, disminución de los costes energéticos, mejora estética, etc.

Pero uno de los aspectos más positivos y de los que menos se habla que tiene la rehabilitación de un edificio sobre la vida de las personas que lo habitan, es la mejora de la salud que provoca en las personas que habitan dentro de este edificio, una vez éste se ha rehabilitado.

Los aspectos concretos, dónde la rehabilitación de edificios más incide en la mejora activa de la salud de las personas son los siguientes:

• Mejora del confort térmico en el interior de la vivienda. Al proceder a realizar una rehabilitación energética de un edificio se produce un gran descenso en el consumo energético del edificio y en paralelo se produce una gran mejora de la temperatura de radiación de las paredes interiores. Al tener una temperatura de radiación de las paredes interiores (gracias al efecto que realiza el aislamiento) más alta en invierno y más baja en verano y como el cuerpo humano percibe sobre todo radiación, se produce un gran aumento del bienestar térmico de las personas y ello con un menor consumo energético. Además, se disminuye el problema de infecciones respiratorias en verano y problemas con la baja humedad en invierno.

• Disminución del impacto de la contaminación acústica exterior en el interior de la vivienda. Al mejorar el nivel de aislamientos, tanto de los paramentos opacos como de las carpinterías y huecos, mejora enormemente el aislamiento a ruido aéreo del edificio y, por lo tanto, es mucho menor la inmisión acústica que se percibe dentro de las estancias de la edificación. Los beneficios de ello son directos y muy perceptibles: mejor calidad de sueño, más intimidad, etc.

• Ausencia de condensaciones. Al mejorar los aislamientos de la vivienda disminuye enormemente la posibilidad de sufrir condensaciones, tanto a nivel superficial como a nivel intersticial. La ventaja que esto conlleva es directa, una ausencia de condensaciones disminuye mucho la posibilidad de la presencia de hongos, bacterias, etc. y con ello aleja posibles infecciones.

• Mejora de calidad de aire interior I (ausencia de contaminantes). Al mejorar todos los sistemas de ventilación, disminuyen la concentración de contaminantes químicos en el interior de la vivienda. Esto es muy importante porque desde hace ya 9 años la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC por sus siglas en inglés) incluye la contaminación en el aire como agente carcinógeno. Esto supone la necesidad de estudiar cómo los contaminantes que existen en el aire nos afectan a diario cuando hacemos algo tan esencial como respirar, algo que hacemos más de 20.000 veces al día y por ello un ambiente limpio dentro de los hogares y edificios de trabajo es fundamental.

• Mejora de calidad de aire interior II (menor concentración de CO2). Al CO2 dentro de los edificios se le conoce en algunos foros como “el asesino silencioso”, ya que una alta concentración e CO2 en el ambiente interior de los edificios va poco a poco afectando a la salud de las personas.

En el año 2022 se realizó el mayor estudio en cuanto a muestras analizadas de calidad de aire interior de los edificios en España arrojando datos cuando menos preocupantes y eso que venimos ya de dos años de pandemia donde muchas personas, empresas e instituciones han interiorizado y puesto en marcha medidas dirigidas a mejorar la calidad de aire interior en edificios.

En este estudio, realizado por el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) ha quedado patente que de media la calidad de aire interior en las viviendas españolas es mala o muy mala, destacando que en horario nocturno en los dormitorios la concentración de CO2 es más de dos veces superior a la media recomendad que es de 800 ppm.

Para poder disponer de unas adecuadas variables de calidad de aire interior es necesario una buena calidad constructiva combinada además con elementos de ventilación controlada como recuperadores de calor de alta eficiencia. Por ello, es siempre necesario ante cualquier reforma o rehabilitación que se haga un estudio específico de cómo mejorar la calidad interior del aire, porque en caso contrario se corre el riesgo de al mejorar los aislamientos y la hermeticidad empeorar el aire que van a respirar las personas que habiten la vivienda.

Se muestra a continuación un estudio de la misma familia viviendo en una vivienda con ventilación controlada y la misma familia en una vivienda sin ningún tipo de sistema de ventilación. Como puede apreciarse en el sistema sin ventilación (línea azul) se llega a triplicar la tasa de CO2 que respiran las personas por la noche.

• Ausencia de gas radón. Este gas proviene del subsuelo y provoca cáncer de pulmón. Con la rehabilitación se puede disminuir notablemente su presencia en el interior de los edificios.

Como colofón a este artículo es necesario indicar que existe una Norma Técnica de Prevención del Ministerio de Trabajo (NTP 298), que aborda la sintomatología y los problemas causados por el “edificio enfermo” y cita siguiente sintomatología: 

• Sensación de sequedad en membranas mucosas y piel.
• Irritaciones de ojos, nariz y garganta
• Ronquera
• Respiración dificultosa.
• Eritemas (Erupciones cutáneas).
• Comezón.
• Hipersensibilidades inespecíficas.
• Náuseas, mareos y vértigos.
• Dolor de cabeza.
• Fatiga mental.
• Elevada incidencia de infecciones respiratorias y resfriados.

Por ello, una adecuada rehabilitación de nuestros edificios es la mejor estrategia para luchar contra el síndrome del “edificio enfermo” y permitir que los edificios nos puedan ayudar a mejorar nuestra salud de forma activa.

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La Inspección Técnica de Edificios (ITE) / Informe de Evaluación de los Edificios (IEE) se ha ido implantando progresivamente entre principios de los 2000 y 2011. Primero a nivel municipal, por comunidades y finalmente a nivel nacional.

La inspección se realiza a edificios de viviendas con una antigüedad de entre 45 y 50 años, y su grado de implantación ha sido también variable, con comunidades donde el régimen de inspección es casi total y otras donde apenas se comienzan a realizar.

Hay que recordar que la ITE/IEE es una revisión obligatoria que consiste en una inspección visual en la que se revisa el estado de la estructura, fachadas, patios, cubiertas e instalaciones, y se valoran también aspectos como la eficiencia energética o la accesibilidad.

Se debe acceder al conjunto de las viviendas, locales y garajes, aunque el informe se refiere al estado de mantenimiento de los elementos comunes del mismo.

La inspección se recoge en un informe. Un documento donde el técnico indica si existen o no deficiencias, el grado de importancia de éstas y el tiempo en el que deben repararse.

Las inspecciones serán realizadas por un técnico competente: un aparejador, un arquitecto técnico o un arquitecto. Y valoran el estado general de conservación del edificio.

La ITE/IEE se concreta finalmente en el certificado de aptitud. Un documento que otorga la Administración correspondiente, con una vigencia de 10 años.

Los problemas que con mayor frecuencia aparecen en las inspecciones son:

1. Las lesiones puntuales en la estructura -vigas o jácenas de madera o metálicas en muy mal estado-, y los desprendimientos en losas de balcones y revestimiento de fachadas o patios. Son las patologías con riesgo para las personas más frecuentes. Entre un 42% y un 35% de los 51 edificios identificados, presentan alguna de estas lesiones. Y entre el 20% y el 17% presentan falta de estabilidad de barbacanas, alféizares o barandillas.

2. Sobre el conjunto de los edificios inspeccionados, aproximadamente un 45% presentan problemas de filtraciones de agua -casi la mitad de las cubiertas requieren obras de reparación-, y más del 70% problemas de fisuras o grietas por defectos en la estructura. La aparición de fisuras en los cerramientos y tabiques es un problema generalizado en este tipo de edificios. Son mayoritariamente de poca importancia, estabilizadas y sin ningún riesgo para la estabilidad de la construcción. Sólo se han identificado alrededor de un 11% de edificios que requerirían un estudio más exhaustivo.

3. Finalmente, uno de los problemas más extendidos es el mal estado de los revestimientos de fachadas y patios. Un 65% de los edificios presentan desperfectos en los revestimientos de fachada, sobre un 25% en las medianeras, y aproximadamente un 20% en los cerramientos de los patios.

Ejemplos de deficiencias muy graves

• Nos referimos a deficiencias muy graves por ejemplo cuando se produce la aparición repentina de grietas por causas de excavaciones en el solar vecino, con peligro de colapso de la estructura y que requiere del desalojo del edificio.

Ejemplos de deficiencias graves

• Deterioro de una o más viguetas de un techo de un edificio hasta límites que no es capaz de garantizar la mínima seguridad del uso del edificio.
• Fijaciones de las barandillas que no son capaces de aguantar los esfuerzos horizontales y que ponen en peligro la seguridad de las personas.
• Riesgo de desprendimientos del aplacado de la fachada del edificio.
• Filtraciones de agua en cubierta que afecten gravemente a la salubridad del edificio.
• Carencias de mecanismos de seguridad en la instalación eléctrica comunitaria del edificio.

Ejemplos de deficiencias importantes

• Deterioro en acabados de fachadas que no representen un riesgo para personas y/o bienes.
• Condensaciones por falta de ventilación y/o aislamiento. Problemas de humedad que provocan el deterioro de los elementos portantes y/o particiones.
• Pequeñas filtraciones de agua que no afectan de forma grave a su salubridad.

Ejemplos de deficiencias leves

• Mal estado de la pintura de fachadas y patios.
• Oxidación de elementos metálicos como barandillas, perfiles metálicos u otros que no afectan a la seguridad de los elementos.
• Pequeñas humedades por capilaridad que no afectan al elemento portante.

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2023 está siendo un año récord en altas temperaturas y eso que aún estamos a las puertas del verano, una época maravillosa para disfrutar del sol y el aire libre pero que también puede ser una temporada de calor extremo. Una de las cosas que las altas temperaturas ponen a prueba son nuestras viviendas.

Cuando llegan estas fechas nos hacemos conscientes de lo que implica vivir en una casa mal aislada o con problemas de ventilación y refrigeración. Si el calor se hace insoportable en verano o el uso del aire acondicionado dispara el coste de tu factura eléctrica, apúntate estos consejos que te vendrán bien para ahorrar y para sobrellevar mejor el estío. Los hay muy sencillos y efectivos y otros que, con la ayuda de un arquitecto técnico, mejorarán definitivamente el confort de tu hogar.

• Usa cortinas y persianas. Las cortinas y persianas son una forma sencilla y efectiva de bloquear la luz solar y mantener tu casa fresca. Si las cierras durante el día, especialmente en las horas de mayor calor, podrás evitar que la luz solar penetre en tu hogar y mantendrás la temperatura interna más fresca.

• Instala aislamiento térmico. El aislamiento térmico es una forma muy efectiva de reducir la transferencia de calor desde el exterior hacia el interior de tu hogar. Si tu casa no está bien aislada, es posible que en verano estés perdiendo energía para disipar el calor. Los materiales de aislamiento comunes incluyen lana mineral, espuma rígida, celulosa, fibra de vidrio u otros materiales naturales, como son el corcho o la lana de oveja. Si tu presupuesto lo permite, considera la posibilidad de instalar aislamiento térmico en tus paredes y techos para ayudar a mantener tu casa fresca. Además de reducir significativamente la cantidad de calor que entra en verano te será útil también en invierno, ya que reducirás la cantidad de calor que sale durante los meses más fríos.

• Instala ventanas de doble acristalamiento. Las ventanas de doble acristalamiento son una excelente forma de aislar tu hogar del calor y reducir el ruido exterior. El doble acristalamiento ayuda a mantener la temperatura interna de tu hogar más estable, lo que significa que podrás mantener tu hogar fresco en verano y cálido en invierno.

• Aisla el suelo. Los suelos son una fuente importante de pérdida energética en los edificios. Mucho más si están en contacto con el terreno, con el exterior o con locales tipo garajes o almacenes, que no están climatizados. Hay materiales que permiten mejorar el aislamiento de los suelos. Por ejemplo, los suelos secos que incorporan aislamiento térmico en sus placas que reducen las pérdidas energéticas. Su colocación es rápida y sencilla.

• Usa pintura de colores claros. Es recomendable el uso de pinturas en tonos blancos o claros porque reflejan la luz solar, lo que resulta muy efectivo para reducir la transferencia de calor desde el exterior hacia el interior de tu hogar. Una fachada de color blanco o en tono claro contribuye a que la vivienda sea más fresca en verano.

• Sella las puertas y ventanas. Las fugas de aire en las puertas y ventanas pueden permitir que el aire caliente entre en tu hogar y que el aire fresco salga. El sellado de estas fugas puede reducir significativamente la cantidad de aire caliente que entra en tu hogar durante el verano y reducir la cantidad de energía necesaria para enfriar tu hogar.

• Usa iluminación LED. Las luces incandescentes pueden generar una cantidad significativa de calor en tu hogar. Utiliza iluminación LED para reducir la cantidad de calor generado por tus luces.

• Mejora la ventilación. La ventilación adecuada es crucial. Las ventilaciones en el techo, las rejillas de ventilación en las paredes y las ventanas pueden ayudar a evacuar el aire caliente y permitir que entre aire fresco en tu hogar. También se pueden instalar ventiladores de techo o de pared para mejorar la circulación del aire en tu hogar. Además, si utilizas ventiladores en combinación con cortinas y persianas cerradas, podrás reducir aún más la temperatura interna de tu hogar.

• Evita cocinar y usar electrodomésticos durante el día. Los electrodomésticos, como el horno y la lavadora, pueden generar calor adicional en tu hogar. Si es posible, trata de cocinar y utilizar tus electrodomésticos durante la noche o temprano en la mañana, cuando las temperaturas son más frescas.

• Coloca plantas. Las plantas pueden ser una forma efectiva de mantener tu hogar fresco en verano. Las plantas pueden reducir la temperatura interna de tu vivienda al proporcionar sombra y humedad en el aire. Si colocas plantas cerca de tus ventanas, también podrás bloquear la luz solar y reducir el calor que entra en tu casa.

• Usa materiales frescos y transpirables. Utiliza materiales frescos y transpirables en tu hogar durante el verano, como sábanas de algodón, telas ligeras y cubiertas de sofá transpirables. Los materiales frescos y transpirables permiten que el aire circule mejor y reducen la acumulación de calor.

Como puedes ver, mantener tu hogar más fresco en verano se puede conseguir con algunos simples cambios en tu casa y en tus hábitos de vida. Pero, si quieres un confort más efectivo y duradero durante el verano y el resto del año, pide consejo a tu aparejador o arquitecto técnico de cabecera que te explicará cómo mejor puedes aislar térmicamente tu casa.

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Casi el 30% de la energía consumida en España se destina en los edificios de viviendas. ¿Y a dónde va toda esa inversión?. Un edificio pierde aproximadamente un 25% del calor o el frío por las fachadas, un 18% por las ventanas, un 7% por el suelo, un 30% por la cubierta, y el 20% restante se pierde al ventilar.

Y aún más importante, ¿cómo son nuestras viviendas?. Las características de eficiencia energética del parque de edificios de viviendas también son muy malas. Más de un 50% de los edificios se han construido entre 1950 y 1981, cuando no existía ninguna regulación técnica al respecto. Aproximadamente 28 millones de viviendas no disponen de aislamiento en las fachadas, la cubierta o las medianeras. Unos 9,8 millones aún no disponen de ventanas con doble acristalamiento, y más de 10 millones de viviendas utilizan calderas poco eficientes, o no las tienen.

Y todo esto, en dinero, ¿cómo se traduce?. El consumo medio de una de estas viviendas es de 3.370 kWh/año, lo que supondría aproximadamente 950 €/año.

Como puede apreciarse, el potencial de mejora de las viviendas es muy importante. Especialmente significativo en los edificios construidos antes de 1980, donde se pueden conseguir recortes de entre un 50% y un 75% actuando sobre los cerramientos y las instalaciones.

Es evidente que vale la pena mejorar la eficiencia energética de nuestro edificio, pero: ¿es rentable? ¿recuperaré esta inversión? ¿Por qué nos limitamos a pintar la fachada y no realizamos una mejora más profunda?

Tengamos presente que una obra dirigida a mejorar la eficiencia energética de nuestro edificio reduce la demanda energética del edificio, reduce su consumo energético, aumenta el confort térmico y acústico, resuelve problemas de humedades y corrientes de aire, y sí, evidentemente revaloriza el edificio en el mercado inmobiliario, aumentando su valor.

¿Qué hacer?

Las opciones son tres:

1. Reducir las pérdidas de energía.
2. Mejorar la eficiencia de las instalaciones de calefacción refrigeración y agua caliente sanitaria.
3. Implantar sistemas de producción de energía, por ejemplo, placas solares fotovoltaicas.

Como hemos visto al principio, si el edificio se construyó entre 1950 y 1980, el potencial de mejora es substancial.

¿Por dónde empezar?

El orden de las actuaciones a realizar, especialmente si la comunidad no puede afrontar inversiones elevadas, es el indicado anteriormente.

1º Aislar adecuadamente fachadas, patios y cubiertas, y sustituir ventanas y balconeras. Lograremos reducir las pérdidas de calor o frío al mínimo y así no tiraremos por la ventana nuestro dinero.

2º Deberíamos sustituir los equipos de calefacción, refrigeración y agua caliente, por otros de alto rendimiento: bombas de calor, aerotérmica o similares. Así produciremos con el mínimo de energía y habrá mucha menos demanda al no tirarla.

3º Podemos generar una parte de la energía que consumimos. Para ello necesitamos espacio en la cubierta y una buena orientación. Necesitamos antes evaluar nuestra demanda, saber cuánta podemos producir. ¿Nos vale la pena? No debemos olvidar que son equipos que requieren un mantenimiento anual. El arquitecto técnico que nos habrá asesorado hasta ahora, también nos ayudará en esta cuestión.

El problema viene cuando las comunidades o los vecinos siguen insistiendo en que sólo hay que pintar la fachada o hacer pequeñas reparaciones (como por ejemplo reparar la cornisa que se desprende en tres balcones de la quinta planta), es lo que decide más del 60% de las comunidades. Arreglar el baño o la cocina, cambiar el suelo o hacer más grande el salón, nos parece imprescindible, pero conservar la fachada o la cubierta es tirar el dinero.

Montar el andamio para pintar y reparar “aquel balcón de la quinta planta” es caro, a menudo mucho más caro que las obras a realizar. Aproveche para aislar esa fachada por el exterior, evitando costes adicionales y dolores de cabeza. Y lo mismo puede decirse de cubiertas que deben repararse.

Las ayudas a la rehabilitación podrían cubrir al menos un 40% del gasto. Además, podemos incluir otras actuaciones: instalar un ascensor, reparar la estructura, las obras de la cubierta que nadie quiere realizar, etc. Recuerde que cualquier ayuda está ya supeditada a mejorar la eficiencia energética de los edificios.

Los edificios con más de 45 años deben pasar la Inspección Técnica de Edificios (ITE) / Informe de Evaluación de los Edificios (IEE), deben disponer de un Certificado de Eficiencia (CEE) y deben disponer del Libro del Edificio Existente. Los tres documentos están diseñados para evaluar el estado del edificio y sus potenciales mejoras.

La redacción del Libro del Edificio Existente está subvencionada actualmente por las administraciones. Es el punto de partida para saber qué problemas tenemos y qué carencias hay. Qué está bien, qué podemos hacer y cuándo, y lo más importante cuánto va a costar y cómo podemos pagarlo.

Necesitamos un punto de vista general, imparcial y experto. Puede ser el propio arquitecto técnico que redacte el Libro del Edificio, o quizás otro. Lo que no debemos hacer en ningún caso es afrontar unas obras o un plan de actuación por nuestra cuenta. Cada edificio tiene características propias, un mantenimiento característico. El punto de partida nunca es el mismo y es necesario evaluar el potencial de las mejoras y si nos permitirán llegar a obtener las ayudas.

Un arquitecto técnico realizará un estudio previo que incluirá una inspección general, una evaluación de potenciales mejoras y un estudio previo de viabilidad técnica y económica. En este punto tendremos sobre la mesa toda la información imprescindible para tomar una decisión.

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