
Afrontar una reforma integral es uno de los momentos más ilusionantes —y también más delicados— para cualquier propietario. Mejorar la distribución, ganar confort o adaptar la vivienda a nuevas necesidades son objetivos habituales, pero para alcanzarlos es imprescindible una buena planificación y una correcta gestión técnica de la obra.
En esta entrada de blog compartimos algunas claves prácticas para abordar una reforma integral de forma ordenada, realista y con todas las garantías.
Pensar antes de empezar: necesidades reales y presupuesto
Antes de hablar de obras, materiales o plazos, conviene detenerse a pensar qué se espera realmente de la reforma. No todas las viviendas ni todas las familias tienen las mismas necesidades, y definirlas desde el principio marca la diferencia.
Es recomendable plantearse cuestiones como:
Este ejercicio previo ayuda a evitar decisiones impulsivas y modificaciones constantes durante la obra, que suelen traducirse en retrasos y sobrecostes.
Conocer el estado real de la vivienda
Una reforma integral no empieza el día que entran los operarios, sino mucho antes. Conocer el estado real del inmueble es fundamental para evitar sorpresas y tomar decisiones con criterio.
En esta fase, el arquitecto técnico realiza un estudio previo del estado actual de la vivienda que incluye la revisión de los cerramientos, de los elementos constructivos y de las instalaciones, para poder ver el estado real de la vivienda y la posible detección de vicios ocultos.
Este estudio podrá incluir una memoria técnica que describa las actuaciones a realizar e incluso una valoración de las distintas actuaciones.
Además, puede resultar especialmente útil solicitar a la comunidad el Libro del Edificio existente (si la comunidad no dispone de él podría solicitarse su redacción), ya que es un documento técnico que describe como es el inmueble y además recopila la información real de su estado y puede servir como base para planificar la reforma con mayor precisión y seguridad.
Este análisis, realizado por un arquitecto técnico (el técnico más capacitado para realizar este estudio), permite definir soluciones para la reforma de tu vivienda lo más ajustadas a la realidad del edificio, evitando actuaciones innecesarias y poniendo el énfasis en puntos necesarios (de durabilidad, confort, accesibilidad y otros) además de los aspectos estéticos que todos finalmente buscamos.
Diseñar una reforma viable y bien definida
Con la información técnica sobre la mesa, llega el momento de definir cómo será la reforma. No se trata solo de elegir acabados o estilos, sino de pensar la vivienda desde un punto de vista funcional y constructivo (confort, eficiencia, accesibilidad, etc…).
Una propuesta bien planteada definirá y valorará y justificará técnica y normativamente las actuaciones a realizar (trabajos de mantenimiento, renovación y modificación, definición de la nueva distribución, las nuevas instalaciones, los nuevos materiales, etc.…).
Esta propuesta debe ser presentadas a través de un proyecto de la obra o cuando la modificación sea menor, a través de una memoria técnica. Este proyecto o memoria, según el caso, será solicitado por el ayuntamiento para la obtención de la licencia.
Trámites y permisos: una parte esencial del proceso
Toda reforma conlleva una serie de trámites administrativos que no deben pasarse por alto. Dependiendo del alcance de la obra, será necesaria una licencia municipal (será necesario presentar un proyecto de obras, además de otra documentación especifica solicitada por el ayuntamiento) o una comunicación previa (en este caso necesitarás de una memoria técnica en vez de un proyecto), así como informar a la comunidad de propietarios cuando corresponda.
Gestionar correctamente esta documentación evita problemas posteriores y posibles paralizaciones de la obra, sanciones, etc.
Elegir bien a los profesionales
Uno de los errores más habituales es basar la elección de la empresa constructora únicamente en el precio.
Lo aconsejable es solicitar presupuestos detallados, compararlos con criterio técnico y asegurarse de que los profesionales cuentan con experiencia y cobertura aseguradora.
A través de la consulta a un arquitecto técnico podrás ver si el presupuesto más económico incluye todos los trabajos medidos y valorados en el proyecto, o si lo valorado incluye las calidades y referencias previamente establecidas.
Control y seguimiento durante la obra
Durante la ejecución de la reforma es fundamental un seguimiento continuo. Coordinar oficios, controlar la calidad de los trabajos, resolver incidencias y velar por la seguridad en obra son tareas clave para que el resultado final sea el esperado.
El control técnico durante esta fase aporta tranquilidad al propietario y permite mantener el proyecto dentro de los plazos y el presupuesto previstos.
Una reforma con garantías
Una reforma integral bien planificada no solo mejora la vivienda, sino que evita conflictos (tanto con la contratista elegida, con la comunidad de propietarios, vecinos, etc.), imprevistos y decisiones apresuradas. Contar con el asesoramiento de un arquitecto técnico colegiado es una garantía de calidad, seguridad y buen resultado.
Si estás pensando en reformar tu vivienda, en Obras con Garantía puedes encontrar profesionales cualificados que te acompañarán en todo el proceso.