Las personas trabajadoras que vengan a realizar los trabajos en tu edificio pueden sufrir un accidente laboral. Si los trabajos deben realizarse desde la cubierta del edificio, pueden sufrir un accidente por caída de altura.

La propiedad o la comunidad debe encargar la elaboración del proyecto y debe asegurarse de que incluya aspectos de seguridad y salud laboral para los trabajadores. Además, es su deber informar sobre los riesgos específicos de la obra y garantizar que todas las empresas que trabajen en la construcción estén informadas y cumplan las medidas de protección, prevención y emergencia. Sus decisiones e indicaciones pueden afectar a las condiciones en que se realizarán los trabajos.

Si eres propietario de un inmueble o formas parte de una comunidad de propietarios, no lo dudes y contacta con un/a profesional de la arquitectura técnica que te oriente y asesore.

Cuando elijas la propuesta de intervención y la empresa para realizarla, mira que se haya previsto la protección de las personas trabajadoras, tanto en la instalación como en el posterior mantenimiento. Tú puedes ayudarle a evitarlo facilitando información de interés preventivo sobre tu edificio. Explica a las empresas que vayan a realizar los trabajos qué hay en la cubierta de tu edificio. Con esta información podrá identificar y valorar mejor los riesgos para su personal. También debes contratar a un responsable técnico de la seguridad, el coordinador de seguridad, responsable de coordinar los trabajos y las empresas que participen en las obras.

Debe facilitar la información relativa a los siguientes aspectos:

• Cómo acceder a la cubierta y si hay protecciones, como pasarelas, barandillas o puntos de anclaje para utilizar cinturones de seguridad.
• Si existen servicios o instalaciones, tales como: líneas eléctricas aéreas, antenas, pararrayos, equipos de aire acondicionado o placas solares, entre otros.
• Si existen zonas frágiles no transitables, tales como: placas de fibrocemento, claraboyas o placas ligeras y el peso máximo que pueden soportar.
• Las características de la cubierta: la tipología, peso máximo que resiste, dimensiones, pendientes.
• Si durante los trabajos habrá otras empresas o personas trabajadoras autónomas con las que deban coordinarse, tanto si es personal que realiza tareas de la propia intervención como si son otras actividades con las que pueden coincidir.

Cada vez son más frecuentes las intervenciones en las cubiertas de edificios. La instalación de equipos de climatización, antenas e intervenciones destinadas a reducir la demanda energética del edificio, así como obras de rehabilitación y mejora en cubiertas y patios, cubiertas verdes y la creciente demanda de instalaciones de energía solar, son algunos ejemplos. Estas intervenciones suponen un incremento de los trabajos en altura.

Las caídas de altura, y especialmente las caídas desde las cubiertas de los edificios (tejados, patios de luces y azoteas), son una de las principales causas de accidentes de trabajo graves y mortales. Es esencial que todos los agentes que participan en estas intervenciones tomen conciencia de ello, desde la iniciativa de llevarla a cabo hasta su realización. Personas titulares y usuarias de los edificios; personal técnico que define la intervención, personal técnico de obra y personal técnico de prevención; empresas y personas trabajadoras autónomas que asumen los trabajos, y personas trabajadoras que lo realizan, todo el mundo puede ayudar a evitar un accidente.

Para mejorar la identificación y el control del riesgo de caída de altura, y especialmente desde cubiertas de los edificios, es necesario poner el acento en la importancia de ciertas decisiones que deben tomar cada uno de estos agentes durante todo el proceso y poner en valor su capacidad de ayudar a evitar un accidente. Prevenir, exigir y garantizar la protección de las personas trabajadoras en todas las decisiones es necesario hacerlo para identificar y controlar el riesgo de caída de altura; en los accesos, en los desplazamientos y en el lugar de posicionamiento en cubierta, en el uso de medios auxiliares (andamios, escaleras manuales). Los riesgos derivados de lo que hay en la cubierta (claraboyas, placas ligeras, elementos constructivos, instalaciones). Y, no olvidemos, los riesgos en el mantenimiento posterior.

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La accesibilidad en edificios es cada día más importante. A medida que avanzamos hacia un mundo más inclusivo, es fundamental garantizar que todas las personas, independientemente de sus capacidades físicas, puedan acceder y disfrutar de los espacios públicos y privados. La accesibilidad en edificios es, por tanto, fundamental y es imprescindible mejores prácticas para crear entornos más inclusivos.

La importancia de la accesibilidad

La accesibilidad no solo se refiere a la capacidad de entrar y salir de un edificio.  Abarca una serie de elementos que permiten a las personas con discapacidades moverse libremente y participar plenamente en la vida cotidiana. Esto incluye el acceso a servicios, instalaciones y actividades. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de personas en el mundo viven con alguna forma de discapacidad. Esto representa aproximadamente el 15% de la población global. Por lo tanto, garantizar que los edificios sean accesibles no es solo una cuestión ética, sino también una necesidad social.

Desafíos comunes

La legislación y la concienciación sobre la accesibilidad ha avanzado notablemente en los últimos años, pero aún muchos edificios aún presentan barreras significativas. Algunos de los desafíos más comunes incluyen:

• Falta de rampas y ascensores: muchos edificios carecen de rampas adecuadas o ascensores que permitan el acceso a personas con movilidad reducida. Las escaleras son una barrera física que impide el acceso a quienes utilizan sillas de ruedas o tienen dificultades para caminar.
• Puertas inadecuadas: las puertas estrechas o pesadas pueden ser difíciles de abrir para personas con discapacidades físicas. Además, la falta de sistemas automáticos puede complicar aún más el acceso.
• Señalización deficiente: la falta de señalización clara y comprensible puede dificultar el movimiento dentro del edificio. Esto es especialmente problemático para personas con discapacidades visuales o cognitivas.
• Baños no accesibles: los baños son uno de los espacios más críticos en términos de accesibilidad. La ausencia de instalaciones adecuadas puede limitar significativamente la capacidad de una persona para utilizar un edificio.

Mejores prácticas para crear edificios accesibles

Para abordar estos desafíos es esencial implementar mejores prácticas en el diseño, construcción y reforma de edificios. Algunas recomendaciones incluyen:

• Diseño universal: crear espacios que sean utilizables por todas las personas, independientemente de su edad o capacidad física. Esto incluye características como entradas sin escalones, pasillos amplios y superficies antideslizantes.
• Cumplimiento normativo: es crucial seguir las normativas sobre accesibilidad. En España, la normativa sobre accesibilidad en edificios está regulada principalmente por la Ley 6/2022 de modificación del Texto refundido de la Ley general de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social y el Código Técnico de la Edificación (CTE), específicamente su Documento Básico sobre Accesibilidad (DB-SUA). Además, cada comunidad autónoma puede tener sus propias normativas sobre accesibilidad que complementan o amplían lo establecido en la legislación estatal.
• Consultas con personas con discapacidad: involucrar a personas con discapacidades en el proceso de diseño puede proporcionar información valiosa sobre sus necesidades específicas y ayudar a identificar posibles barreras.
• Capacitación del personal: capacitar al personal sobre cómo asistir a personas con discapacidades puede mejorar significativamente la experiencia del usuario en un edificio.
• Tecnología asistencial: incorporar tecnología asistencial, como aplicaciones móviles que proporcionen información sobre accesibilidad o sistemas auditivos para personas con discapacidad auditiva, puede hacer que los espacios sean más inclusivos.

La accesibilidad en edificios es un derecho fundamental que debe ser garantizado para todos los ciudadanos. Al eliminar barreras físicas y fomentar un entorno inclusivo, no solo mejoramos la calidad de vida de las personas con discapacidades, sino que también enriquecemos nuestra comunidad en su conjunto.

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¿Necesitas mejorar la accesibilidad de tu edificio? ¿Necesitas adaptar tu hogar a una persona con problemas de movilidad? Confía el asesoramiento técnico ante un problema relacionado con tu vivienda o su construcción a un arquitecto técnico. Nuestros técnicos profesionales aportarán su conocimiento sobre la materia y su capacidad de análisis para que tomes las mejores decisiones o defiendas tus derechos judicialmente.

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La Unión Europea ha aprobado una nueva Directiva de Eficiencia Energética de la Edificación, que busca reducir el impacto ambiental y promover un futuro más sostenible. La directiva establece que a partir de 2030, no será suficiente contar con un simple Certificado Energético para vender o poner en alquiler una vivienda; este certificado deberá cumplir con una calificación mínima de eficiencia energética.

Será obligatorio que las viviendas cuenten con una calificación energética mínima para poder ser vendidas o alquiladas, comenzando con una calificación E a partir de 2030 y, para 2033, con una calificación D.

Las medidas para adecuarse a estas calificaciones mínimas pueden incluír mejoras como el aislamiento térmico, la reducción de fugas de calor y la optimización de recursos energéticos.

Este calendario de implementación refleja la intención de Europa de avanzar de manera gradual hacia un parque inmobiliario más eficiente y sostenible. Los propietarios dispondrán de varios años para adaptar sus inmuebles a las nuevas exigencias, y esto implicará en muchos casos la necesidad de realizar reformas significativas.

Muchos inmuebles antiguos necesitarán reformas importantes para cumplir con las exigencias, lo que afectará de manera particular a países como España, donde más del 50% de las viviendas tienen más de 40 años y tienen serias deficiencias en su eficiencia energética.

Para facilitar este proceso, el Gobierno ha implementado ayudas económicas dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). Estas subvenciones permitirán a los propietarios financiar reformas necesarias como el cambio de ventanas, mejoras en sistemas de calefacción o la instalación de energías renovables, como paneles solares, aliviando la carga financiera de las modificaciones requeridas.

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¡El plazo para aplicar deducciones en el IRPF por la realización de obras de mejora de eficiencia energética se ha ampliado hasta el 31 de diciembre de 2024!

Aplicable a este tipo de intervenciones:

• Deducción del 20% por obras que contribuyan a la mejora de la eficiencia energética de la vivienda habitual o arrendada para su uso como vivienda
• Deducción del 40% para obras que contribuyan a una reducción de al menos un 30 % del consumo de energía primaria no renovable
• Deducción del 60% para obras de rehabilitación que mejoren la eficiencia energética en edificios de uso predominante residencial, en las que se obtenga una mejora acreditada de la eficiencia energética del conjunto del edificio en el que se ubica que conlleve una reducción de consumo de energía primaria de al menos un 30% o que conlleve la obtención de clase energética A o B para el edificio

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Todos los detalles:

https://www.ocu.org/fincas-y-casas/gestion/urbanismo-y-construccion/analisis-gratis/2022/06/ley-mejora-eficiencia-rehabilitacion

La seguridad en caso de incendio es un aspecto crucial en la edificación, y cobra especial relevancia en las obras de rehabilitación. Tras el incendio de Valencia, que puso de relieve la importancia de los materiales utilizados en las fachadas, surge la necesidad de aclarar conceptos y destacar las medidas que se están tomando para garantizar la seguridad en este tipo de intervenciones.

Materiales seguros y sistemas constructivos adecuados

Contrariamente a lo que se pueda pensar, las obras de rehabilitación, si se realizan siguiendo las normativas vigentes, no solo son seguras, sino que pueden contribuir a mejorar la seguridad contra incendios de las edificaciones. La clave reside en la elección adecuada de materiales y en la utilización de sistemas constructivos apropiados.

En este sentido, el Código Técnico de Edificación (CTE) y el Reglamento de Seguridad Contra Incendios (RIPCI) establecen las exigencias mínimas de reacción al fuego que deben cumplir los materiales utilizados en las obras de rehabilitación. Además, se definen las condiciones constructivas que deben cumplir las diferentes soluciones de fachada.

Sistemas SATE y fachadas ventiladas: seguridad y eficiencia energética

Dos de los sistemas constructivos más utilizados en la rehabilitación energética de fachadas son los Sistemas de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE) y las fachadas ventiladas. Ambos sistemas se encuentran recogidos en la normativa y las empresas que los comercializan garantizan su cumplimiento.

Las fachadas ventiladas, si bien presentan excelentes prestaciones térmicas, requieren especial atención en cuanto a la propagación del fuego. Para ello, el CTE establece la necesidad de instalar materiales con bajo grado de reacción al fuego y establecer barreras EI30 entre los diferentes sectores de incendio, eliminando así este efecto en caso de incendio.

En definitiva, no hay materiales "buenos" o "malos", sino que la clave reside en su correcta utilización. La normativa vigente, junto con la elección de materiales adecuados y la aplicación de sistemas constructivos apropiados, garantiza la seguridad contra incendios en las obras de rehabilitación.

Rehabilitación: una oportunidad para mejorar la seguridad contra incendios

Las obras de rehabilitación no solo representan una oportunidad para mejorar la eficiencia energética de las edificaciones, sino que también pueden ser una ocasión para elevar las prestaciones contra incendios de las mismas.

Al intervenir en los elementos de la edificación, se pueden mejorar las prestaciones de estos hasta alcanzar las de una obra nueva. De este modo, se refuerza la seguridad de las personas que habitan en estos edificios y se reduce el riesgo de daños materiales en caso de incendio.

En conclusión, la rehabilitación, realizada de forma responsable y siguiendo la normativa vigente, no solo es segura, sino que puede contribuir a crear entornos habitacionales más seguros y confortables.

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